Podcast. Episodio 036. Lista de Cronopias. Correos narrados IX

Hoy recuperamos para el podcast la sección de correos leídos.

Lo haremos con el correo del 17 de enero, dentro de los lunes de cine.

Se titula: La leyenda de la atención menguante

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Voy a tumbarte un mito.

Hace poco un conocido copywriter me puso delante de mis narices una imagen ya vista y escuchada más veces.

Esta.

La atención media de una persona en 2000 era de 12 segundos.

Ahora es de 8.

Un pez payaso tiene 9…

Es decir, que tú y yo tenemos menos capacidad de atención que el protagonista de Buscando a Nemo. Y quizá que su amiga Dory, un pez aún más despistado.

Quería documentar esta idea para escribir sobre ella.

Porque ya sabemos que en estos tiempos captar la atención de alguien es cada vez más difícil, ¿verdad?

Sí, pero no por lo que dice esa comparación.

De hecho, esa comparación es falsa.

Vayamos al origen.

Ya sabes que un copywriter debe investigar (no, no tengo de cliente a ninguna tienda de animales ni fábrica de peceras pero lo que hay detrás de esta idea bien podría utilizarse para ellas).

El caso es que, picado por la curiosidad, busco el estudio o artículo original que demuestre que vamos camino de tener la capacidad de atención de una lechuga.

Me encuentro con varios artículos que tachan de mito esta afirmación.

Al principio, me estiré escéptico en mi silla.

«Algún listillo que quiere darle la vuelta a una idea ampliamente aceptada, para llamar la atención. Mira, no está mal, así consigue retenerme más de 8 segundos».

Pero no. Aunque también es eso.

La infografía data de 2015. Es de un estudio de Microsoft que fue tendencia en Google y en los medios.

Sin embargo, los datos que nos comparan con los peces payasos no son de este estudio, sino de una fuente citada en el mismo, llamada Statistics Brain.

En esa fuente no hay ni rastro de ningún estudio que respalde esta teoría. Los investigadores que contactaron con la fuente tampoco consiguieron que les explicaran de dónde salen esas cifras.

Tirando más del hilo, incluso se cuestiona la propia base de la comparativa.

Dicen (pero ya no he profundizado tanto, lo hago si eres fabricante de peceras y me contratas) que ni siquiera se ha demostrado que los peces tienen una capacidad de atención tan baja, aunque en la cultura popular esa idea está muy arraigada.

De hecho, un periodista ya encontró un artículo del año 2000 en el que se comparó por primera vez la capacidad de atención de un humano leyendo una web (¡sólo 3 segundos!), con la de un pez payaso. Pero ahí el autor lo usaba en sentido figurado.

Algunas conclusiones de estas ideas.

1. No demos nada por sentado. Busquemos y cotejemos fuentes.
2. Sí, es cierto que nos distraemos más fácilmente con tanto estímulo, que cada vez escaneamos más rápido cualquier texto o página web, que cada vez somos más impacientes, pero leemos, escuchamos y prestamos atención si el contenido o la tarea son interesantes.
3. El peligro de creer que escribimos a personas con cerebros de pez es que nuestros textos acaban siendo para peces, de poca calidad, profundidad e interés. Y esto hace que la atención aún sea peor, confirmando la teoría.

Y el mito.

Hasta mañana, salud y mucha tinta.

Michel Toumi

P. D.: Si buscas en Internet por uno de los investigadores del mito del pez payaso, Jonathan Schwabish, encontrarás un buen puñado de referencias.

P. D.: Tu propósito y el mío es el mismo. Que los textos de tu negocio interesen a tu público y le dediquen tiempo no porque sean de una especie superior, sino porque lo que les cuentas es superior a la media. Podemos hablar sobre cómo hacerlo si pasas por aquí.